PPG innova constantemente para ofrecer a sus clientes productos, herramientas y servicios que les ayuden a mejorar su rentabilidad. Con esa premisa lanzó al mercado MoonWalk®, el sistema de mezcla automática de pintura que ya está cambiando las salas de mezcla de muchos talleres de Europa favoreciendo operaciones más limpias, seguras y mucho más eficientes. Como Autogain, taller de Elorrio (Vizcaya), cuyo gerente, Javier Escribano, nos habla de su experiencia con la nueva máquina de PPG tras varias semanas de uso en sus instalaciones.
Para Javier Escribano este es su segundo negocio de chapa y pintura. Tras casi 20 años regentando un taller de carrocería en otra provincia, regresó al País Vasco aprovechando una oportunidad en un taller oficial Opel. Sin embargo, hace ya siete años que volvió a emprender en el sector de la reparación de automóviles creando Autogain. Hoy, los dos profesionales que trabajan en este taller de carrocería vizcaíno tienen un nuevo aliado de cara a su productividad: la máquina de mezcla automática de pintura MoonWalk, de PPG.
“Nosotros —comenta Javier— no somos un taller muy grande. Durante el confinamiento hemos aprovechado para trasladarnos a unas instalaciones completamente nuevas de 600 metros cuadrados, muy cerca de las anteriores, donde contamos con una cabina de pintura, pero con la tecnología más moderna. Por eso, nos animamos a incorporar MoonWalk, sistema con el que, a pesar del poco tiempo que lleva con nosotros, hemos percibido una evidente mejora. Ahora todo es más sencillo y hemos agilizado todos los procesos del taller”.
“Una de las mejoras evidentes que hemos encontrado en las primeras semanas de uso
—destaca el gerente de Autogain—, es el ahorro de tiempo que conseguimos a la hora de realizar las mezclas. Esos 10-20 minutos que antes empleabas en realizarlas, ahora los aprovechamos para realizar otras tareas (desengrasar piezas, enmascarar…), ya que no tenemos que estar físicamente dentro del box mientras MoonWalk trabaja. Además, al final, puedes sacar fácilmente una hora al día para otras labores de gestión, peritajes… que repercuten en la rentabilidad global del taller”.
Mezclas más limpias y precisas
Sin embargo, las ventajas de MoonWalk no acaban en el ahorro de tiempo. “Para mí, como, creo, para cualquier pintor, el hacer pintura es el proceso más tedioso de nuestro trabajo diario. La mezcla de productos te lleva su tiempo y en muchas ocasiones tienes que emplear tiempo adicional porque no siempre todo sale bien y hay que repetir el proceso. Además, tienes que manejar varios botes de productos, manchas… En definitiva, es un trabajo necesario pero poco gratificante. Ahora, con MoonWalk evitas todo eso: lo has quitado de un plumazo. Sólo te tienes que preocupar de poner los botes en la parrilla de la máquina”.
“Además —continúa Escribano—, en el poco tiempo que llevamos con MoonWalk hay otra ventaja respecto al proceso anterior a la instalación de la máquina. En los primeros 30 coches que llevamos pintados no se ha caído ni una sola gota de producto fuera de la máquina. Por no hablar de que ahora obtenemos colores más exactos. Este aspecto nunca ha sido especialmente problemático para nosotros, pero ahora aún lo es menos”.
Adiós al desperdicio de material
“Otro aspecto extraordinario —apunta el gerente de Autogain—, tiene que ver con las pesadas. Antes hablábamos de décimas de gramo y ahora lo hacemos de centésimas de gramo. Eso significa una mayor exactitud en las mezclas y, por tanto, menos desperdicio de material. Antes, para hacer un trabajo menor, como pintar un espejo o hacer un parche en una aleta, tenías que usar al menos 100 gramos de producto para que no se alterara el color. Ahora puedes hacer sin problemas 25 o 30 gramos sabiendo que el color no se va a ver afectado”.
“Evidentemente, todo tiene un coste, pero si haces números te das cuenta de que la máquina se amortiza en poco tiempo, gracias a todos los ahorros y mejoras que conlleva. Y lo podemos ver en algo tan sencillo y gráfico como con el desperdicio de los botes de pintura. Antes, por mucho que apuraras, al menos 20 gramos de producto se quedaban en el envase al desecharlo. Ahora, desechas los botes completamente vacíos. En un solo bote no supone mucho ahorro, pero si lo multiplicas por todos los que usas en un mes o en un año…”.
Para concluir, Javier Escribano hace la siguiente reflexión: “Cuando abrí mi primer taller en 1989, la contabilidad se llevaba a mano con el Libro Mayor y el Libro Diario. Si lo siguieras haciendo así hoy, pensarían que estás loco. Pues con MoonWalk es lo mismo. Está claro que requiere una inversión inicial, pero antes de pensar en su coste debes analizar qué hace la máquina, el tiempo y producto que te va a ahorrar, la rentabilidad que te proporciona o cómo te facilita el trabajo, para después comprender que realmente compensa. Al final, vas a amortizar la inversión, además de tener la satisfacción de trabajar con la última tecnología del mercado”.