El fabricante líder de pintura y recubrimientos para el sector de automoción y el taller de chapa y pintura, PPG, ha participado en la última reunión del “Observatorio de la Posventa de Automoción” de la Federación Española de Empresarios de Automoción, CONEPA, en la que han participado representantes de las patronales provinciales de talleres adscritas a la entidad. Se trata de un grupo de trabajo creado para analizar el impacto que los cambios tecnológicos y sociales van a tener en el sector de la reparación y mantenimiento de vehículos, y en el que PPG, como proveedor de los acabados de los automóviles que aún están por llegar al mercado, ha compartido su visión sobre los cambios que se avecinan en el entorno de la reparación de carrocería y su impacto en el negocio del taller.
Minimizar la incertidumbre sobre el futuro del taller de chapa y pintura, y transmitir confianza a los reparadores de carrocerías, ha sido el principal objetivo de la intervención de Xavier Pegueroles, Marketing Manager de PPG, en el “Observatorio de la Posventa de automoción” de CONEPA, que en esta ocasión ha girado en torno a las implicaciones que la conectividad de los vehículos tendrá en talleres y consumidores.
En este sentido, PPG aportó su punto de vista sobre los cambios que el taller de chapa y pintura habrá de realizar para garantizar su competitividad y rentabilidad en el medio y largo plazo.
No en vano, y en línea con su compromiso con la innovación, PPG lleva años trabajando, junto a los principales fabricantes de automóviles, en el desarrollo de los recubrimientos de los automóviles que están por llegar al mercado, cada vez más sensorizados y conectados: autónomos y eléctricos. Como muestra de ello, el fabricante ha desarrollado una pintura que hace más visibles los coches a los ojos de los vehículos autónomos, sus sensores, incorporando una capa específica en el acabado que permite reflejar las señales de los sensores antes de que sean absorbidas a nivel más profundo. De este modo, favorece la diversidad en los acabados en los coches autónomos más allá de los acabados blancos o claros, que, en principio, reflejan mejor las ondas emitidas por los sensores y facilitan el diálogo con los vehículos.
Más allá de la pintura, PPG también trabaja en el desarrollo recubrimientos para las baterías de vehículos eléctricos e híbridos que ayudan al control de la temperatura en dichos dispositivos, así como en soluciones y recubrimientos para otros de los desafíos a los que se enfrentan los vehículos autónomos, como mantener sus sensores y cámaras libres de nieve, hielo y suciedad.
“La tecnología de acabados evoluciona al ritmo que lo hacen las necesidades de los vehículos, cada vez más electrificados y sensorizados. Y PPG cuenta con el know-how y los recursos para transmitir al taller los conocimientos necesarios para adaptarse a sus necesidades de reparación y mantenimiento”, comentaba Pegueroles.
Reparaciones de pintura en vehículos eléctricos
Sin duda, la electrificación del parque es uno de los grandes desafíos de la posventa del automóvil. Un factor que también afecta a los profesionales de la reparación de chapa y pintura. Además de los condicionantes que supone la mayor presencia de sensores en la carrocería en las operaciones de montaje y desmontaje, hay un elemento que marca por completo un antes y después en las reparaciones de chapa, y no es otro que la batería, tal como señalaba el responsable de PPG.
“Hablamos de un componente que condiciona el paso del automóvil por la cabina de pintura, ya que no es posible someter a dicho elemento a determinadas temperaturas sin correr riesgos. Para solucionar este inconveniente, y facilitar las operaciones del taller, PPG ha desarrollado y perfeccionado su procedimiento RCT –Rapid Cycle Time-, un proceso que contribuye a incrementar la competitividad y rentabilidad del taller reduciendo los tiempos de aplicación y secado”.
RCT permite, de este modo, solucionar los problemas derivados del secado en cabina de los vehículos eléctricos gracias a una considerable reducción de tiempos de aplicación y curado. Eliminando tiempos de espera y cuellos de botella. Así, el taller consigue reducir el tiempo de ciclo optimizando el uso de la cabina y reduciendo su consumo de energía.
“En un proceso-tipo, el taller puede ahorrar hasta 3:30 horas en cada reparación de un automóvil gracias a los productos de nueva generación de PPG y RCT, que hacen posible tiempos mínimos de secado, incluso al aire, y un uso menor de la cabina. De este modo, ya ayudamos al taller a adelantarse a las necesidades de los vehículos eléctricos partiendo de una premisa: conseguir operaciones rentables, seguras y de la máxima calidad en el acabado”, concluye Pegueroles.