Nada como fijarnos en la sabia naturaleza cuando queremos tener éxito a la hora de desarrollar nuevas tecnologías. También en materia de recubrimientos para la industria. Sin que nos demos cuenta, estamos rodeados de grandes ejemplos que nos pueden servir de inspiración a la hora de mejorar nuestros productos. Y es que, en el caso que nos ocupa, una berenjena ha sido la pieza clave en uno de los últimos y revolucionarios desarrollos de PPG Industries para la industria aeroespacial.
Gestión del calor
Pero no te preocupes. No tiene nada que ver con la aerodinámica. En realidad, la berenjena ha sido la fuente de inspiración que ha permitido a PPG Aerospace desarrollar una tecnología de recubrimiento única cuya finalidad es mantener más frescos los aviones. Por dentro y por fuera. La tecnología se basa en una pintura infrarroja transparente que permite que el calor del Sol penetre a través de los pigmentos hasta una capa de imprimación blanca que a su vez refleja el calor lejos del avión. Es el mismo truco que las berenjenas utilizan para evitar que su oscura piel caliente su interior blanco, algo que, sin duda, provocaría que se cocieran sin necesidad de entrar al horno.
Así, de la misma manera, “la piel” de un avión pintado con este nuevo sistema de gestión del calor de PPG puede permanecer casi 4ºC más fresca (25º Fahrenheit), consiguiendo que la temperatura de cabina se reduzca entre 5 y 7 grados. Además de conseguir un gran ahorro de energía para las líneas aéreas, que asumen grandes costes en sus sistemas de aire acondicionado para mantener cómodos a sus pasajeros, esta tecnología permite a las aerolíneas mayor libertad a la hora de elegir el color de los aviones. ¡Vía libre al diseño y la imaginación!
“Las aerolíneas tienden a utilizar colores blancos o muy claros para pintar la mayoría del fuselaje de los aviones” afirma Mark Cancilla, Global Director de PPG para el sector de recubrimientos aeroespaciales. “Esta tecnología aumenta las posibilidades en la paleta de colores para las compañías. Además, la reducción de temperatura es importante incluso en revestimientos con relativamente poca pigmentación, por lo que vemos un gran potencial de mercado en este sistema".
De hecho, este potencial ya está dando sus frutos. La compañía Air New Zealand está evaluando el uso de este nuevo sistema en sus aviones. La idea es pintarlos de negro como reconocimiento al equipo de rugby del país, los All Blacks. Además, la conocida Southwest Airlines ya ha puesto a prueba el innovador sistema de recubrimiento en tres aviones y se prepara para incorporarlo en toda su flota. Por su parte, otras compañías de todo el mundo ya han mostrado interés el mismo.
Ventajas adicionales para la industria
Por otra parte, los fabricantes de equipos originales (OEM) están incrementando el uso de materiales compuestos en las alas y otros componentes de los aviones; materiales que pueden degradarse debido a su exposición a altas temperaturas. En este sentido, la novedosa tecnología de recubrimientos desarrollada por PPG Aeroespace no solo contribuye a la reducción de la temperatura de la superficie e interior de las naves, sino que se presenta como una buena alternativa que contribuye a garantizar la integridad estructural de los aviones que la utilizan.
“Cada vez que podemos proporcionar una mejora con nuestra tecnología, resulta algo muy emocionante para nosotros”, añade Cancilla. “Y con esta tecnología abordamos tres importantes preocupaciones de los clientes: el ahorro de costes energéticos, una mayor libertad en la elección del color y una protección extra contra el desgaste para dichos materiales compuestos”.
Como pioneros al aplicar este tipo de tecnología de control de la temperatura en recubrimientos aeroespaciales, en PPG nos situamos por delante de nuestros competidores. Fueron científicos externos a la compañía quienes descubrieron la química empleada en la naturaleza para bajar la temperatura de las superficies, pero lo cierto es que un equipo de PPG es quien ha desarrollado y patentado esta tecnología para llevarla hoy al mercado de los recubrimientos.
Por eso, la próxima vez que visites un aeropuerto y compruebes cómo el color prolifera en el diseño exterior de los aviones, acuérdate de PPG. Y de la berenjena, claro.