¡Cuántos Audi salen de fábrica con los inconfundibles acabados de PPG! Pero hoy solo vamos a centrarnos en uno de los detalles que imprimen carácter a estos automóviles: su logo. El símbolo de Audi, los famosos cuatro aros entrelazados, son en cierta forma un homenaje a una parte de la trayectoria vital de la marca alemana. ¿Conoces su historia?
Este emblema surge cuando cuatro fabricantes de automóviles alemanes e independientes se fusionaron en uno, llamado Auto-Unión. Aquellos fabricantes eran Audi, Horch, DKW y Wanderer, y cada una de estas empresas se representó con un círculo. La unión era a su vez representada entrelazando los círculos representativos de cada marca entre sí.
De hecho, el logotipo original de Audi poco tenía que ver la idea de los círculos: consistía en la palabra Audi escrita dentro de un triángulo negro con la punta hacia abajo y, sobre este triángulo, se dibujaba un número uno a buen tamaño.
Pese a la unión, cada empresa mantuvo su nombre original como marca. Sin embargo, se repartieron internamente el mercado para que unas marcas no “pisaran” a otras, generado una competencia interna incómoda. De esta forma, mientras Audi se encargaba de vehículos de lujo para el segmento medio, Horch se hacía cargo de automóviles de alta gama, DKW se quedaba con las motocicletas y coches pequeños y Wanderer con los coches medianos.
Cada una de esas marcas y su pasado y tradición están representadas en el emblema, que Audi rescató en su renacimiento etapa, en los años 60, y que hoy vemos en cada modelo que abandona la cadena de montaje.